Congreso Diálogos Judiciales en el Sistema Interamericano de Garantía de los Derechos Humanos – Jorge Ernesto Roa Roa

El congreso ha sido un diálogo sobre el diálogo, en el que participaron todos los actores relevantes, se abordaron todos los temas necesarios y se creó un escenario inmejorable para continuar dialogando.

La sinergia entre la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México y la Corte Interamericana de Derechos Humanos permitió la realización del congreso Diálogos Judiciales en el Sistema Interamericano de Garantía de los Derechos Humanos. El evento tuvo lugar en el campus de la Ciutadella de la UPF durante los días 25, 26 y 27 de febrero.

“Dialogar sobre el diálogo” fue el objetivo de esta importante reunión en la que se dieron cita jueces de: 7 tribunales superiores de los estados que integran la Federación de México, tribunales supremos o constitucionales de 12 países de América Latina, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal Constitucional de España.

Adicionalmente, al encuentro acudieron académicos e investigadores, miembros de organizaciones no gubernamentales y un alto número de estudiantes. Dos centenas y media de participantes en total. Todos atravesaron el atlántico o se acercaron a Barcelona desde distintas ciudades de Europa, con el fin de participar activamente durante las conferencias inaugurales, las dos sesiones plenarias y los ocho grupos de trabajo sobre independencia judicial, libertad de expresión, reparaciones en derecho comparado, derechos políticos, derechos sociales, derechos sexuales y reproductivos, protección multinivel de las personas migrantes y diálogo judicial sobre los derechos de las personas en situación de discapacidad.

El congreso diálogos judiciales ha tenido y tendrá una importancia inusitada y es posible calificarlo, sin duda alguna, como un encuentro sin precedentes. Varias razones juegan a favor de ese adjetivo. En primer lugar, el diseño de un programa académico dedicado exclusivamente al diálogo judicial. En efecto, todos los espacios de conferencias y de discusión se centraron en los retos de la protección multinivel de los derechos humanos y en la interacción entre los tribunales nacionales y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Las dos conferencias plenarias tuvieron como objeto central los instrumentos concretos que permiten el diálogo judicial (interpretación conforme y control de convencionalidad). En los ocho grupos temáticos, a pesar de tener tal connotación, el objetivo no fue la mera divulgación de la jurisprudencia internacional o local sobre alguna de las materias sino, muy especialmente, la construcción dialógica de las decisiones judiciales y la evaluación de la fluidez de una conversación institucional entre los jueces del nivel nacional y los del nivel interamericano.

Por otra parte, la amplitud de la convocatoria también carece de antecedentes. A diferencia de las reuniones académicas, de los foros políticos de discusión o de los encuentros de jueces, en el congreso interactuaron todos los actores relevantes para el futuro del sistema interamericano. La plural integración de todos los asistentes, tanto por las nacionalidades como por las áreas de trabajo de las que provenían, creó el ambiente propicio para evaluar el estado actual y las perspectivas sobre la protección de los derechos humanos en América.

Además, el congreso destacó por la riqueza de las discusiones en materia de nivel de información, grado de análisis, conocimiento del sistema interamericano, lectura crítica y perspectiva de futuro. Desde sus propios puntos de vista como jueces nacionales o interamericanos, académicos, litigantes o estudiantes, los participantes hicieron de cada escenario un encuentro entre los diferentes enfoques y un diálogo entre visiones.

Quizás uno de los aspectos más valiosos del congreso tuvo que ver con la existencia de las condiciones necesarias para una verdadera deliberación, para un auténtico intercambio de ideas y para una dialéctica respetuosa de la visión diferente: un ambiente distendido, la sinceridad y honestidad de los interlocutores y una comprensión de conjunto sobre los problemas y retos para el fortalecimiento del sistema interamericano. Sin reservas, sin excesivas formalidades, con un lenguaje claro, y ante todo el público, se escucharon –entre otras– las precisiones de la Corte Interamericana sobre su doctrina del control de convencionalidad, de la Suprema Corte de México sobre los efectos de esa doctrina en el ámbito interno de ese Estado, de la Corte Suprema de Uruguay sobre las dificultades que impone para su sistema jurídico y político la sentencia del caso Gelman, las críticas a la jurisprudencia interamericana por desconocer los avances de los jueces nacionales y los reparos a estos mismos por disminuir, en algunos casos, la fuerza vinculante de las decisiones del tribunal de San José.

El congreso ha demostrado que no hay temas vedados entre los distintos actores del sistema interamericano, que la franqueza prevalece entre quienes apuntan al mejoramiento del sistema y, sobre todo, que es necesario continuar la conversación en las futuras ediciones de este y otros encuentros. En ese sentido, el profesor Alejandro Saiz Arnaiz, director del Departamento de Derecho de la Universidad Pompeu Fabra y gestor de esta gran reunión, clausuró el Congreso con una invitación a todos los presentes para que participen en el segundo congreso sobre diálogos judiciales en el sistema interamericano de derechos humanos.

Resultará un aporte invaluable que los videos de las conferencias se puedan ver en el sitio web del congreso (http://eventia.upf.edu/dialogos_sidh/) y que se edite una publicación que recoja las memorias académicas. No obstante, los resultados más valiosos del congreso se verán reflejados, seguramente, en el aumento de la protección de los derechos de las personas que habitan el continente americano y en el fortalecimiento de los mecanismos institucionales que allí hemos adoptado, tanto a nivel nacional como a nivel interamericano, para asegurar la plena e irreversible vigencia del Estado de derecho, de la democracia y de la dignidad del ser humano.

Jorge Ernesto Roa Roa

Profesor de derecho constitucional de la Universidad Externado de Colombia y asistente de docencia en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona

http://icrp.uexternado.edu.co/jorge-ernesto-roa-roa/2014/10/28/hoja-de-vida/

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